domingo, 10 de enero de 2010

FERIA DE MANIZALES: OREJA PARA DANIEL LUQUE Y VUELTA A UN TORO DE CAICEDO


Mal encierro
desluce la penúltima en Manizales

Noticias EFE
Baldomero Cáceres Vegas
Manizales (Colombia), 9 ene (EFE).- Algunos muletazos profundos del madrileño José Ignacio Uceda Leal, con la derecha, fue lo mejor del quinto festejo de la feria colombiana de Manizales, en el que decepcionó el juego y la presentación de la corrida, con una oreja para el sevillano Daniel Luque.

FICHA DEL FESTEJO.-
Seis toros de Juan Bernardo Caicedo, de mala presentación, anovillados algunos, al primero le faltó fuerza y transmisión; el segundo dócil y repetidor, premiado con inmerecida vuelta al ruedo, pareció mejor de lo que fue; el tercero distraído, se defendió con peligro; el cuarto con raza y repetidor con un buen pitón derecho; el quinto reservón y el sexto manso.

Uceda Leal: Pinchazo y media (ovación) y dos pinchazos y media (silencio).
Daniel Luque: Estocada (oreja) y estocada que salió trompicado y descabello (ovación).
El colombiano José Arcila: Tres pinchazos y desprendida (aplausos) y media (ovación).

Algunos muletazos de Uceda Leal, sobre la derecha, con hondura, fueron lo mejor de la tarde, sin embargo no redondeó la faena pues, con la izquierda, le trompicó siempre la muleta, sin medir las distancias, ante dos perchas que parecían hechas para poner los trastos al sol.

La corrida de Caicedo dejó mucho que desear por su presentación y juego. Una feria tan bonita como la de Manizales no merece que se envíen los restos, sobras de otros tantos encierros. ¿Qué se podía hacer con un cuarto con pitones de respeto, tres jaboneros y otras birrias de edad insuficiente y sin cuajo?

El resultado en el ruedo fue así de desigual, siendo el mejor el cuarto, que tomó un puyazo de verdad, casi sobre las manos, y que cuando era templado desarrollaba embestidas con clase y profundidad.

Antes se le había dado inmerecidamente la vuelta al tercero, y mansearon los restantes, defendiéndose incluso.

Pulcro estuvo Uceda Leal con el primero. No lució por la sosería del torito y su falta de fuerzas. Tardeó encima y fue por tanto intrascendente lo visto.
Del cuarto lo anotado. Muchos enganchones por el izquierdo deslucieron el conjunto en una tarde en la que el madrileño olvidó lo bien que suele ejecutar la suerte suprema.

Luque aprovechó lo importante en su primero, que fue la inercia, sobresaliendo con la izquierda y su repertorio sin la ayuda que puso de pie al público.
Quedó patente su impotencia cuando fue trompicado por el quinto y terminó crispado por el dolor y con el semblante triste: sus ganas no bastaron pues el toro era reservón y no tenía fijeza alguna.

El colombiano Arcila tuvo ganas y estuvo a la altura del compromiso. El primero salía distraído, desrazado y desarrolló peligro.
El último de la tarde no se entregó nunca y se defendió en los primeros tercios con la cara alta. Luego se animó a embestir en tres series. La primera propinada por el caldense Arcila citando de rodillas en los medios, aguantando luego valiente cada arrancada, destacando su disposición total. EFE

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