domingo, 7 de marzo de 2010

OLIVENZA: MIGUEL ÁNGEL PERERA ECLIPSA TOTALMENTE A JOSÉ TOMÁS / Por José Atº del Moral


Miguel Ángel Perera eclipsa totalmente a José Tomás


Crónica de José Antonio del Moral

Diario La Gaceta, de Madrid

Grupo Intereconomía

2ª de feria en Olivenza (Badajoz) 07.03.2010

Cortó cuatro orejas y el rabo del tercer toro de la bien presentada y bonita corrida de Núñez del Cuvillo, uno de los dos más nobles de los seis aunque también el más débil, y dos más del sexto pese a su peor condición.
Superando con creces a su contrincante y con sus mismas armas, el triunfo absoluto del gran torero extremeño supuso un baño oceánico para el mito de Galapagar que inició su temporada sin el sitio ni la forma de la anterior campaña. Tomás anduvo por bajo de su primer toro del que le regalaron la segunda oreja, y desdibujado, destemplado e incluso desbordado cual principiante por el quinto con el que quiso mucho y pudo muy poco para matar de un bajonazo.
En tal derrota y pese a cortar una dadivosa oreja, le acompañó su habitual telonero, El Fundi, que tardó mucho en acoplarse con sus nobles enemigos, sobre todo el cuarto, para dar un sinfín de vulgarísimos muletazos.
Plaza de toros de Olivenza (Badajoz).
Sábado 6 de febrero de 2010. Segunda de feria.
Tarde nublada y muy fría con ligeras rachas de viento y llenazo hasta reventar. Seis toros de Núñez del Cuvillo, bien presentados y de bonita estampa en variedad de pelos.
Dieron noble juego en distintos grados de manejabilidad y fuerza, escasa la casi todos. Por su gran clase y fijeza pese al la limitadísima fuerza que tuvo – pasó prácticamente sin sangrar en el encuentro con el caballo – destacó el lidiado en tercer lugar que fue ovacionado en su arrastre.
Segundo y cuarto, le siguieron en bondad pese a tal o cual defecto. Y quinto y sexto en dificultades de menor importancia. En conjunto un buena corrida de Cuvillo que hizo honor a su fama.
El Fundi (amaranto y oro): Casi entera tendida caída, orejita. Estocada trasera tendida caída y dos descabellos, dos avisos y palmas con saludos.
José Tomás (lila y oro): Buena estocada entregándose, dos orejas, excesiva la segunda. Bajonazo, aviso y ovación con saludos.
Miguel Ángel Perera (avellana y oro con remates negros): Gran estocada, dos orejas y rabo. Estocada algo caída, dos orejas.
Muy bien en palos, Juan Sierra, Joselito Gutiérrez y Guillermo. Perera y Tomás salieron a hombros.
La expectación llegó a desbordarse tras una jornada amenazante que, por fortuna, no rompió en el anunciado aguacero. El aspecto de los tendidos segundos antes de hacerse el paseíllo, fue el clásico de los grandes acontecimientos con gentes llegadas de muchos sitios, con la numerosa grey tomasista más alegre que unas pascuas y dispuesta como siempre a aclamar a su torero a quien se obligó a saludar, saliendo solo e invitando después a sus colegas.
Pero ¡ay¡, allí estaba uno de los más temibles contrincantes del idolatrado matador, Miguel Ángel Perea, que además de ser de la tierra, es uno de los que más cerca están de llegar a lo más alto del toreo y sin ningún complejo. No tiene por qué tenerlo porque, lo que le ha hecho famoso y ya imprescindible en todas las plazas, es su quintaesenciada conjunción de todas las revoluciones técnicas que han surgido a lo largo de la historia. Pues torea tanto o más quieto y más cerca que el que más.
Pero, ojo al parche, también el que en esos terrenos y distancias mínimas, es el que más templa y manda en los toros de cualquier condición y ayer lo demostró en una aplastante exhibición frente a dos reses de distinto juego hasta romper la baraja como pocas veces hayamos visto en nuestra vida. Dentro de estas premisas, su primera faena fue absolutamente perfecta desde cualquier punto de vista. La intensidad de las tandas y su creciente conjunción dieron paso a un verdadero frenesí que tardó en prender en los acérrimos del de Galapagar hasta convencer a todos y poner la plaza materialmente boca abajo. El rabo estaba más que justificado y no como revancha de paisanaje sino con total justicia y equidad.
Había sido la respuesta a la primera labor de José Tomás, como de costumbre sobrevalorada pese a su desigualdad. Bien pero sin lograr unificar el trasteo en el que abundaron los enganchones y el toreo periférico sin que faltaran momentos de emoción ni la singular personalidad que le distingue. La certera y buena estocada al encuentro, propició el exagerado júbilo de cuantos no sabían lo que vendría Después. Y es que la primera faena de Perera pesó como una losa, tanto en los espectadores como en los compañeros del extremeño que, a partir del portento, parecieron meros comparsas.
Sobre todo El Fundi que, con todos los respetos que merece su larga y costosa carrera frente a ganado muy duro, no es de recibo su papel de comparsa obligado por los caprichos de Tomás. Ya está bien, señores, con tantas imposiciones. Ayer desperdició dos toros sumamente bonancibles con los que tardó mucho en confiarse y cuando lo consiguió, fue mostrando mera vulgaridad. Eso sí, acogida con simpatía por el público asistente.
Al contrario sucedió con el segundo toro de José Tomás, un animal peor que su anterior oponente pero no como para dar el recital de incompetencia que aconteció mientras sus partidarios, como toda la plaza, contemplaron silentes y ciertamente perplejos viendo a quien tanto admiran desprovisto de lo que le ha convertido en semidios. Trapazos, bayetazos, perdida de terrenos y hasta desbordamiento indisimulado cuando, muy apurado, intento pisar esos terrenos prohibidos que ayer no encontró. Y para colmo, un bajonazo.
El colofón de la tarde fue ver como Perera se adueñaba totalmente de la situación frente a un sexto toro de peor condición que su anterior oponente. Relajado, seguro y más entregado que nunca, lo bordo por el lado derecho y con enorme mérito al natural por donde el toro no quería colaborar para desembocar rizando el rizo del ojedismo hasta matar de otro espadazo contundente que le dio la victoria y le alzó a lo más alto de la gloria.
Enhorabuena, torero.
Via: Tauromaquia Agencia Libre

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