martes, 11 de enero de 2011

ANTE EL CRISTO DEL GRAN PODER (ÁNGEL LUIS BIENVENIDA)

Imagen de Jesús del Gran Poder donado por la familia Bienvenida
Capilla de la Plaza de toros de Las Ventas de Madrid

Por Aquilino Sánchez Nodal
Fuente: Del toro al infinito

La esperanza, emoción, devoción y alma de la familia se depositan, a cualquier hora del día o la noche, ante la imagen del Cristo del Gran Poder que preside la Capilla en su casa, número tres de la calle del General Mola.

Don Manuel Mejías y los suyos han pasado las fiestas de Navidad en Madrid como es ya costumbre desde hace unos años. Hasta 1.936 la familia Bienvenida, al terminar la temporada, permanecía en uno de sus tres cortijos, “San José”, “San Rafael” o en “La Gloria”. Generalmente en este último por disponer de una plaza de toros construida cerca de la vivienda y que no le ha costado menos de ochenta mil pesetas. En esa placita se iniciaron todos sus hijos en el toreo. El tiempo se ha encargado de cubrir de trágicos recuerdos aquellas paredes y obligar el cambio de la residencia familiar a la Capital de España. Acabada la fratricida contienda, trasladaron los muebles que quedaban, objetos de arte y valor que los Bienvenida habían conservado o coleccionado pacientemente, un cuadro goyesco magnífico, pintado por Eugenio Lucas, varios de Roberto Domingo, Cuenca, Muñoz, Ruano Llopis, dos bronces de Antonio Navarro … La temporada que acaba de concluir, la de 1.944 ha sido la más importante de los últimos lustros y el más joven, el sexto de la Dinastía, Ángel Luis Bienvenida, con su simpático ceceo inconfundible nos resume sus actuaciones:

Para la familia se la puede calificar de muy brillante pero yo no puedo decir que esté contento de todas mis actuaciones, sería un tanto como faltar a la verdad. Alguna tarde anduve demasiado impaciente, como si tuviera prisa por terminar.

También, este año, he realizado faenas importantes con rotundo éxito como en la segunda corrida toreada con mis hermanos en Madrid de la ganadería de Manolo González, con sus cinco añitos bien cumplidos, romana impresionante y trapio.

He tenido una tarde que lamentar, que tampoco se pueden olvidar los fracasos. Fue la de mi alternativa en Madrid también. Nunca como en esa he sentido tantas ganas de cortar las orejas, sufrí un disgusto inenarrable por no haberlo conseguido. Torear en Madrid siempre ha sido una obligación para todos los toreros de mi casa, nunca nos hemos echado fuera y tratado siempre de demostrar nuestras mejores condiciones taurinas. Actuar junto a mis hermanos no ha sido agradable por lo que sufrimos los tres, al término de la corrida tienes la sensación de que has matado a los seis toros tú solo. Hacerte matador acarrea una enorme responsabilidad, de pronto te encuentras, en el patio de cuadrillas, junto a dos toreros con años de experiencia y te sientes más neófito todavía. Después te enfrentas a un público menos condescendiente que de novillero.

Doy gracias al Cristo del Gran Poder por que me han respetado los toros. Mi única cogida grave, mortal de necesidad, fue cinematográfica. Fui protagonista, haciendo nada menos que “El Escamillo”, de la Opera “Carmen”. Se rodó en la plaza de toros de Ronda dirigida por el italiano Caracciolo para la productora romana, Scalera Films. De “Carmen” hizo Vivianne Romance. Mi padre fue el encargado de supervisar las escenas taurinas y estaba tan nervioso como si se tratara de una corrida de toros auténtica. Sucedió que los tres toros que mandó el ganadero don Antonio L. Sánchez, para el rodaje, resultaron ser extraordinarios y salieron formidables para la muleta, me harté de torear, molinetes,. manoletinas … mi padre acabó ronco de gritarme que lo hiciera clásico por requerimiento de la época relatada en la película.

Pienso que la temporada próxima es de vital importancia, para mí, profesionalmente. En breve iré a Salamanca a completar mi puesta a punto, hasta la primavera. Muchos matadores españoles están molestos con la afluencia de toreros mejicanos pero creo que para el arte no debe haber fronteras ni limitaciones, cuanta más competencia mejor para la Fiesta y los aficionados de España.

Cojo las banderillas cuando tengo la esperanza de redondear una gran faena con la muleta. El tercio de banderillas es muy alegre y para saborearlo por la espectacularidad de su ejecución.

En el descanso invernal no todo es entrenamiento, voy al cine algún día, practico pelota pala, juego al fútbol o acompaño al teatro a mi padre que es un devoto de la escena.

Lo que más me apasiona es ver torear de salón a mi hermano Juanito, soy el único de la familia que le anima a seguir la profesión. Actúa conmigo en algunos festivales, naturalmente, yo escojo los becerros para él. A mis padres les hace muy poca gracia la idea pero insisto y le digo que seré su apoderado cuando se decida a ser profesional. Mi padre, pese al nuevo sufrimiento, en su interior se enorgullece cuando le aclaman como el mejor torero de sus hijos. ¡Como me llamo Ángel Luis Bienvenida, mi hermano Juanito toreará el año próximo para que se enteren en toda España de lo buen torero que es y la figura que lleva dentro!

 

Ángel Luís de niño en el patio de su casa de Gral. Mola // Ángel Luís Campero en su época adolescente

  

Juanito Bienvenida

 

El "Papa Negro" con sus hijo Ángel Luís y Antonio en Colombia // Manolo Bienvenida y Juan Belmonte

Manuel Mejías "Bienvenida" en el Festival de Arganda

El festival de Arganda con Juanito, Antonio, El Papa Negro, Pepote, y Ángel Luis

 

El artífice de la dinastía torera, el Patriarca, "El Papa Negro" // Miguel Mejías "Bienvenida", el hijo de Ángel Luís

Gran corrida de Beneficencia de 1944

Ángel Luís cumplimentado al Caudillo, con Manolete, El Andaluz,

Álvaro Domecq, y El Estudiante

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