miércoles, 5 de octubre de 2011

VIDA FASCINANTE DE LA DUEÑA DE MÁS TITULOS NOBILIARIOS DEL MUNDO

 ©Dolores de Lara     Retrato realizado por Dolores de Lara a la Duquesa de Alba, que reposa en el Palacio de Dueñas de Sevilla, donde vive la mismísima Cayetana

INTROITO NECESARIO. Por Dolores de Lara. Nuestro colaborador, el ilustre y veterano periodista y escritor Antonio D.Olano, amigo de la Duquesa de Alba, la hizo protagonista de muchos de sus trabajos literarios. Hace unas semanas, publicó en su leida sección “Lo que nunca se contó de…” en Época siete días, suplemento dominical del gran diario “La Gaceta”, una crónica dedicada a Cayetana de Alba. Ha tenido una gran repercusión, ha tenido un grandioso éxito este suplemento, porque Olano cuenta de ella, como contó de Franco, de Picasso, de Dalí, de Antonio, de Carmen Amaya, de De Gaulle , de Pau Cassals, de Alberti de Che Guevara etc... Cosas por él vividas junto a estos personajes, sus amigos íntimos.

© Dolores de Lara Por ANTONIO D. OLANO / Retrato: ©Dolores de Lara

De la misma manera que la fuerza de vivir. Y vivir es encontrarse constantemente con ganas de seguir viviendo. Y Cayetana Stuart Fitz James vive cada instante porque tiene vocación de vida. La vida, como el Arte, igual que el misticismo sin pausa de Teresa o los versos de San Juan de la Cruz, es una vocación sin posibilidades de que se pierda ni siquiera de jubilación porque no admite el descanso. Cayetana, precedida de un sinnúmero de títulos nobiliarios y grandezas de España que se salen de gota, vive la vida, también su vida, en torrentera. “Cuando se es joven se es para toda la vida.”, escuchó a su amiga Lucia Bosé (“Yo estaré siempre a tu lado si me invitas”, le dijo recientemente), le pidió que le contara anécdotas de Picasso. Que siempre exigió a sus amantes- modelos una impecable imagen de juventud.

Posiblemente si, seguramente podría escribirse como del pintor malagueño un libro sobre los hombres que ella amó y la amaron. Como don Pablo. Dos fueron, hasta ahora, sus matrimonios bendecidos. Para nuestra Cayetana, vecina madrileña de Luis Buñuel, la libertad no es un fantasma. Tal vez, en la inquisitorial España, le bajó la bandera de “salida” otra de sus vecinas, Doña Emilia Pardo Bazán, que vivió en un hotel cercano hasta su muerte y que ahora es monumento inmortal delante del Palacio de Liria.

¡Doña Emilia fue anterior a su estatua!. La iba a inaugurar una joven Duquesa de Alba mortalmente enferma (muere en enero de 1934) y el Conde de Romanones dice, al pie de la letra, el discurso que ella debía pronunciar. Y que rezaba asi:

“Nos reunimos hoy aquí para celebrar un cumplido y justo homenaje a la memoria de la eximia Condesa de Pardo Bazán, honra y prez de nuestro sexo…”

Cayetana nació libre y se puso el mundo por montera, tal vez la que cubrió la cabeza de un gran torero, asesinado durante la guerra civil española y tan unido a los Alba: “El Algabeño”. Sin embargo no le viene, aunque la casta determine la calidad del galgo, su afición a la torería andante. Manolo González, Antonio Ordóñez, Pepe Luis y Manolo Vázquez y varios nombres más de “coletudos”, que varios toreros con coleta hecha con su propio pelo, acompañaron a la Duquesa pintada por Goya .Nunca le pregunté a la actual Duquesa si en los salones principales de su palacio madrileño, quizás mejor el sevillano, practicó el “toreo de salón, uséase, la Tauromaquia de y según Camilo José Cela.. “Es más fácil torear un “miura” que torear de salón(…) que no tiene ayuda, se necesita, sobre ser torero, ser un gran actor dramático.

Y Cayetana, taurina hasta las mismísimas trancas, consigue entrar el el “Cossio” que para ella es como el “gota” con más agallas y temple. Matrimonia a su hija Eugenia, menuda como un suspiro o un piropo, con el hijo mayor de Carmina Ordóñez Dominguín, otra de las mujeres que más he querido, que asume su herencia de su madre Carmen. Carmina, a la que seguiré amando, es otro templo a la libertad que, con más paciencia, hubiese podido ser la Marianita Pineda de su tiempo. Pero, como James Dean, prefirió vivir a empellones y consiguió convertirse en un bello cadáver. ¡Gloria y pena de vida!.

Francisco Rivera Ordóñez, aristócrata consorte, será por algún tiempo Duque de Montoro que ya es llamarse siendo el penúltimo eslabón de una gloriosa dinastía. Los Dominguín, los Ordóñez que descienden de “El Niño de la Palma” al que no le faltaron las chuflillas de Alberti ni los arrumacos y luego desprecios necios y rencorosos de Hemingway. Entra en la inmensidad y responsabilidad de los Alba, como Dios, dicen que manda, el huérfano de otro héroe, “Paquirri”. Por vez primera y a cielo abierto alcanza el lecho nupcial un torero, casado con todo el fasto y la legalidad que el sacerdote otorga. Cayetana es feliz por este cruce de sangres.

Siempre quiso aprender nuestra Duquesa, recelosa y entregada. Y decide presentarse con traje de faralaes , después de pasear en calesa por el Real de la Feria de Sevilla, bailando sevillanas. Y lo hace como debe ser porque lleva Sevilla, con el fino y el “pescaito” incluidos, que se pasean orgullosos por sus venas que a veces, tras esas cornadas que da la vida, derramaban sangre roja en rojo, que jamás se perdió la sangre azul.

Cayetana aprende a bailar y una de sus maestras es Alicia Díaz que fue primera figura con el “ballet” de Antonio. Otro genio, recuerda Cayetana, Rafael de León, también marqués, niqueló las “penas y alegrías del amor”. ¿Recuerdas?: “ ¡Sígueme queriendo así ,tormento de mis tormentos!”

Es hora de subirse a un “tablao”, y elige el de “Torres Bermejas” el mediodía en que le imponen el “Garbanzo de plata”, la condecoración que no precisa ser aprobada por el Consejo de Ministros. Se arranca por fandanguillos y solamente le falta el “cante” de “Camarón de la Isla” porque al gitanillo aun necesitaba de varios hervores para presentarse, precisamente en esta sala, al público que ya lo canonizó en vida.

Cayetana acude a las fiestas populares apara las que es requerida. La acompañé a Lavapiés porque el “Molino Rojo”, el madrileño sin Toulouse , que estaba muy ocupado aquella cálida noche del 64,La castiza sala, en su totalidad adornada con mantones de Manila y poblada por majas vestidas de idem, abre sus puertas y se derrama en cuplés y “shotis” en la velada en homenaje a la Duquesa. César González Ruano se sienta en la mesa presidencial. Escribe: “Su timidez me hace tímido. Me angustia y me divierte. Están cerca de ella Santo Floro, la Marquesa de Tovar y su hijo Alfonso Figueroa, Jaime de Mora y Aragón, un simpatía urgente. Cuatro, cinco horas de cantos y bailes. Decido marcharme. Me disculpo ante Cayetana. Le digo: “Dado que yo no soy la Duquesa de Alaba me debo  marchar sin llamar demasiado la atención”.

Pintores contemporáneos caballete bien emplazado y pinceles en ristre, dan lecciones de dibujo y óleo a Cayetana. Debo recordar a Quirós, a Calderón, Grandio. Y la primera exposición , benéfica naturalmente de la Duquesa. Y, ya se sabe, el que expone se expone. Se adivinan cualidades. Pronto se colocan los puntitos rojos de “adquirido” Va apartándose paulatinamente de hacer la competencia, que algunos consideran “jugar con ventaja”.

El Marqués de Villaverde me acompaña al palacete de la Duquesa, mirador sobre San Sebastián , porque debo entrevistarla para “Pueblo.”. Nos veríamos a partir de aquel día muchas veces. En Marbella, muy de amanecida, la encontraba en la playa, a pocos metros de “beach” del “Marbella Club”, reinado de Alfonso de Hohenloe. Cayetana madrugaba para poder pasearse por la playa sin ser víctima de la curiosidad de los veraneantes. No se trataba de escapar de las molestias, que popularidad obliga. Pretendía no molestar. Cayetana era entonces de una timidez que contagiaba. En el momento en el que cada mero de arena parecía invadido, ella se retiraba a sus cuarteles.

Nuestras vidas son los ríos que confluyen en un mar de aguas a veces turbulentas. Publicó un libro, “Guía secreta de Madrid” (Al- Borak.1974.La editorial de los Camuñas, co- pilotada por Juan Luís Cebrián, José Luis Gutiérrez, Carlos Pascual.) En la portada una reproducción de la hermosa y tan contestada “Maja Desnuda”. En mangas de pelota, como Dios la trajo al mundo y Goya la retrató, pero con el rostro tapado.

Debió parecerle excesivamente pecaminoso a un guardia municipal, el Cabo Piris, y ordenó retirar el libro del escaparate de una librería cacereña. La noticia recorrió medio mundo. Se me ocurrió, tras el best- seller de un libro con historia y algunas picardías, estrenar una comedia de café- teatro titulada “La maja desnuda de Cáceres” . Las colas para verla, “Stéfanis”, recorrían dos y tres kilómetros de la calle

La Maja y Goya se escapaban del “Museo del Prado” para vivir Madrid. Ella ( genial interpretación de Perla Cristal)solamente mostraba un seno al aire, primer “destape” escénico español. Luis Corominas, un genio de comicidad que se autodevoró de talento caricaturizado, provocaba las risas. Todo el “show” dirigido por Ricardo Lucia, milagro de la dirección escénica.

Pero como el destino de “La maja” era ser perseguida, un juez decidió que se parodiaba al entonces Presidente Arias Navarro y mis huestes dieron con sus cuerpos en los calabozos. Fraga Iribarne trató de enderezar el entuerto porque, entonces, ya la calle era suya. En realidad la calle era nuestra.

La democracia soy yo. Nada para el pueblo; pero sin el pueblo El Rey Carlos III condena a la hoguera a todos los cuadros de desnudos. Entre otros los de Tiépolo, Tiziano, Veronés, Rubens.

Godoy quiere conservar “La Venus del espejo” que firmaba Velázquez y que permaneció colgada en el techo, del dormitorio privado, también lujurioso picadero del Conde Duque de Olivares, que en ese dormitorio vivió apasionados amoríos con las más destacadas actrices de su tiempo. El cuadro se lo regala la Duquesa de Alba a su amante, Godoy que es quien encarga a Goya las dos majas. Don Francisco “el de los toros” es el apasionado amante de la dama. ¡A la vejez duquesas!

Y en 1796,año en el que muere el Duque de Alba en Sevilla, ella se retira a su palacio vecino de San Lucas de Barrameda en donde protagoniza un apasionado romance con Francisco de Goya y Lucientes.. La retrata en su álbum A, firmando los dibujos “La Duquesa de Alba cogiéndose sus cabellos”, “La siesta” y “Joven desnuda sobre un lecho.”

¡Cayetana no es formal!

Cayetana se apunta a la posmodernidad. Lo que no significa que descuelgue un lienzo de Goya y lo sustituya por una Marilyn de Andy Warhol. Ella quiere reunir los clásicos venidos del pasado de su apellido con la evidencia posmoderna que está de moda. La Cultura de la casa de los Alba es cortés con el pasado y valiente con lo que se ve venir y, al fin viene. Y lo que llega es un sacerdote elegido por la jet set para matrimoniarse. Un intelectual de la “gauche” y qué mejor añadir que divide, devota de la Carlos Marx y de Gide. ¡Viva la promiscuidad!

Umbral, licenciado en Proust y el snobismo, saluda así al nuevo Duque de Alba:

“Jesús Aguirre siempre ha sido un posmoderno. Cuando lo posmoderno era Adorno, él nos enseñó a leer a Adorno. Cuando lo posmoderno era Cioran (este sí que está cerca de la promiscuidad), él nos enseñó a leer a Cioran.

Jesús Aguirre, futuro Alba con suerte, dicen los cultivadores del chiste burdo, Duque consorte y para siempre Duque, conoce a Cayetana en su despacho de director general de la Música. Cayetana era la presidenta de los Amigos de Opera y afrontó los problemas con los que se enfrentaba. Tal vez presintiese o buscase, la sotana tiene morbo, un nuevo matrimonio. Y que cambiaría sus bellos versos (“..la niebla del andén te avanza a medias/ tu pelo se alborota hacia mis labios/(..) Tu nieve es rubia..) los troca por otros versos ingenuamente picarescos que escribe el vergonzoso ya en palacio:

Que cambia la métrica por la simétrica de unos pechos desnudos: “Tus pezones son como granos de café”

El cura secularizado se casa con la Duquesa, de espléndidos cincuenta y un años, aunque él tenga ocho años menos que su amada.

“Tus pezones son como granos de café”

Tanto el director de “Taurus” como la que iba a convertirse en su primera y única mujer, saben que su matrimonio va a ser una guerra “de fuera adentro”. Los Duques se fueron a la guerra. Luchan contra los chismorreos y a fe que Cayetana gana sus primeras batallas suprimiendo a cuantos le molestan. Y uno de ellos es Antonio, el bailarín y coreógrafo tan genial como lenguaraz que “dejen que la gente diga”, ni afirma, ni desmiente, que es el padre de uno de los hijos de la Duquesa. Aguirre, el que manda en cosa tan etérea como parece ser la música, lo destituye de la dirección del Ballet de España- La venganza se sirve fría en las copas del palacio de Liria.

Las guerrillas también se suman al enfrentamiento del Duque que ya se creía que era Duque ducado contraataca, abofeteando con guantes  en diversas ocasiones. Mayormente almorzando o cenando en “La taberna del alabardero” en donde Cayetana, artita de los maldecires, aclara con frase arrabalera, y después de tener todo el “pescao” vendido, que por algo procede de los Carabancheles:

-Mi marido y yo jodemos todas las noches. Jesús me hizo inmensamente feliz como esposa y como mujer”.

Cayetana me llama, siempre pierde mi teléfono y se lo pide a Natalia Figueroa, cuando escribo algo que cree que puede tomarse como ironía dirigida a ella. Sabe que “me cae de cine” que admiro cuanto de admirable tiene y que respeto su calidad humana y la de sus hijos. Afirma que me quiere, amores reñidos, y le quiero responder:¡Me matas con tu cariño!

Umbral  y este cronista disparan con los mismos misiles, que pueden escocer; pero que no tienen intención de matar  al nuevo Duque que respìra aire de pedantería. Mi amigo Alfaro, a la sazón concesionario de la grua municipal, nos reúne en un almuerzo en su casa madrileña. Se rubrica un pacto de caballeros. Soy entusiasta de nacencia y me fascina la inteligencia, El ya mi amigo el Duque lo es. La historia se mama, ¿verdad Cayetana? .O se aprende porque no basta con parecer aristócrata sino serlo.

A Jesús Aguirre lo designa académico, de la Real de La Lengua. Comienza a firmar en “A.B.C” y firma Duque de Alba. Discutimos sobre la inconveniencia de poner “alias” a su verdadero y prestigioso nombre. Me responde rotundo en la sobremesa, en la que nos sirven el coñac “Duque de Alba”, naturalmente:

Descubrir mi identidad como Duque de Alba cuando pase el tiempo, es responsabilidad de los historiadores.

Los historiadores que también tendrán que reseñar que el padrino de la boda celebrada en la capilla del Palacio de Liria, fue otro futuro Duque de Alba, Carlos Martínez de Irujo, Duque de Huéscar.

Sus otros cuatro hermanos firmaron como testigos. La paz familiar quedaba sellada. Carlos es de todos mis amigos el que merece el adjetivo impecable, por su saber ser y hacer. A Jacobo lo traté frecuentemente en Marbella. El caballista quería que el Alcalde, Jesús Gil y otra vez Gil, le comprase un caballo de pedigrí garantizado, para participar en los Juegos Olímpicos. Siruela, es el intelectual de la familia. Escribe y sobre todo edita obras importantes y ha dado otro sesgo al panorama del libro bien hecho. Estos tres Albas están separados de sus primeras mujeres, que no es cuestión de que su lema sea el de “por cortesía perdí mi vida”.

Nos volvimos a encontrar, al volver una esquina sevillana en varias ocasiones. Mayormente en “La taberna del Alabardero”, restaurante -escuela debida a la la iniciativa del cura Luís Lezama. También periodista, coadjutor en Chinchón, lugar en el que recibió el nombre, por su apoyo a los torerillos que desean ser figuras, como “el cura de los maletillas”

Allí solía reunirme con los futbolistas del “Sevilla” y el “Betis”, equipo de la Duquesa que anteriormente habían militado en el “Atlético de Madrid”: Solozábal, Ferreira, Soler…Coincidíamos con los Duques de Alba. Con Jesús Aguirre hablábamos de una historia “laif”, más digestibles. Y así le expliqué el verdadero significado de “se fue de rositas”. La Calle Rositas era la fachada posterior del restaurante del cura Lezama.

Desde hacía varios siglos y hasta el siglo XX, era el lugar de expansión libidinosa de los sevillanos. Cuando alguien preguntaba por un amigo se decía: se fue de Rositas”. No pregunten hoy por la calle porque, contra historia y marea, lo han sustituido por otra nominación, no precisamente de origen, de otro personaje. No me pregunten su nombre porque, ante tales atropellos, mi memoria y la del Duque, se iba de rositas…

No se iba de rositas el señor Duque que sembró vientos y cosechó tempestades, quiso ignorar que aquellos polvos trajeron esos barros que embadurnaban su pesada púrpura. Sufrió un fuerte dolor de cabeza y explicó: “Es que todos los Alba padecemos de migraña”. Reclamó, en una canonización celebrada en Roma, un lugar preferente protestando: Es que este no es el lugar que corresponde al Duque de Alba”. Le respondieron: “Ciertamente, su lugar debería estar cerca del altar, ayudando a decir la misa”.

Jesús Aguirre era mimético de los Albas. Llamaba su suegro al Duque de Alba, Jacobo Martínez de Irujo, Embajador de España en la Gran Bretaña que, temeroso de los bombardeos sobre Londres después de vestirse de etiqueta para sus recepciones, vestía un mono azul de obrero y se cubría la cabeza con un casco. Gracias a su parentesco con los Reyes británicos, salvó de ser ejecutado, acusado de espionaje, al periodista  Luis Calvo, que ya era huesped de la Torre de Londres. Calvo se fue de la “muy” en una recepción de la Embajada alemana en Madrid. Al regresar a Inglaterra lo detuvieron acusado de espionaje. El embajador, Duque de Alba, consiguió su libertad.

Maja en la Plaza de toros de Ronda. La de los toreros machos. La de Pedro Romero, los Ordóñez y la de los Rivera Ordóñez. Goyesco Francisco. Cayetano elegancia agitanada y , por vez primera, un torero hace el paseillo vestido por Armani y perfumado con “Loewe”. Mientras haya un torero diferente, habrá torería. Su torero, todos nos creemos dueños de un torero, fue y es Curro Romero. ¡El canto!. Que el cante se lo adjudica Jose Bergamín a Rafael de Paula. Curro a su segunda mujer, Carmen Tello

Son el escudo de amistad que acompañará siempre a Cayetana

El Duque ha muerto. ¡Viva el Duque de Alba!. Cayetana está en Sevilla con Curro y Carmen. Jesús Aguirre muere en Liria. Cuentan que tenía en sus manos y bajo su mirada un libro de Goethe. Nadie sabe si puso fin a su vida (11 de mayo de 2019) como el autor alemán que pidió “luz, más luz” que es el grito más hermoso cuando se entra en las tinieblas.

Cayetana confiesa, con vacilante voz que los jilipuertas parodian: “Jesús era el hombre al que más he querido”. Después completan los titulares de sus supuestas afirmaciones: “hasta ahora”. Y es que, recurro al título de un James Bond” que reza: “Nunca digas nunca jamás “.

Aparece en la vida de Cayetana, a la que se le niega el derecho de vivir su vida, Alfonso Díez, al que la prensa llama “el funcionario”. ¿Será el tercer marido de la Duquesa, pese a la diferencia de edad, casi treinta años los separan?

- ¡ Deja que la gente diga!

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