domingo, 6 de marzo de 2016

¡HASTA LUEGO, GASPAR ROSETY!

Su despacho estaba coronado por el cuadro de la Familia Real Española de la cual Rosety estaba orgulloso.
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 El día 3 de marzo, sobre las 8 de la tarde,
Gaspar Rosety,
 hizo su última llamada.
 Dolores de Lara
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¡HASTA LUEGO, GASPAR ROSETY!

 Por JAVIER DE MONTINI

Fotografías y Retrato de la Familia Real Española:© DOLORES DE LARA


 Se nos ha ido casi de repente una estrella de la radio: Gaspar Rosety Menéndez. Un grande del deporte, un grande del fútbol. Un prodigioso narrador del gol. “La voz de Dios de esta religión llamada fútbol”, en feliz expresión de su admirador y colega Alfonso Pardo.

 No era una muerte prevista la de Gaspar Rosety. Le sobrevino de golpe, nunca mejor dicho. Una caída tonta, y ¡a la otra vida! Con sólo 57 años, una pena, lo ha llamado Dios a su lado. Se cumple lo del célebre comediógrafo griego Menandro: “Aquel a quien aman los dioses muere joven”. Aunque nacido en Madrid (29/07/1958), asturiano de pies a cabeza. Gijonés del alma. Quiso ser abogado, pero al lado de su padre Gaspar, un pionero de Radio Gijón, se pasó al periodismo y, muy especialmente, a la información deportiva. Familia de radio los Rosety: El padre y tres de los cuatro hijos, Manolo, Gaspar y Patricia.

 Desde Radio Gijón, Gaspar Rosety metió cabeza en la SER de la mano de sus amigos Pedro Pablo Parrado y Pepe Domingo Castaño, su querido “Pepín”. En 1979 se mudó a Madrid y, de una emisora en otra, al lado de Hector del Mar, de José María García y otros grandes, se convirtió en gran figura - Antena de Oro- por el ritmo mágico con el que narraba los partidos y el estilo personal, singular, con el que cantaba los goles.

 Llevaba al Sporting en la sangre, a punto estuvo de presidir el club.También al Real Madrid que terminó fichando a Gaspar Rosety para ocuparse de los medios. Es autor del libro “Florentino Pérez, el hombre, el empresario, el presidente”. 

Últimamente, asesoraba a la Federación Española de Fútbol y era profesor de la Universidad Europea. 

Me duele hondo decirle adiós. De asturiano a asturiano, será el adiós de la copla: “Camino del cementerio/ se encontraron dos amigos:/ ¡Adiós! dijo el vivo al muerto;/ ¡Hasta luego! el muerto al vivo”. Sí, mejor hasta luego y permiteme que rescate la fórmula con la que, en un tiempo, despedías tu programa: “Será hasta mañana, si Dios quiere, por supuesto”. Pues eso, ¡ hasta mañana si Dios quiere, Gaspar Rosety!

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